En 2017, el presidente Trump emitió una orden ejecutiva titulada “Buy American and Hire American” (Compra estadounidense, contrata estadounidense) que establecía el compromiso de hacer precisamente eso. A principios de este año, ampliando esta política, el presidente Trump emitió una orden ejecutiva titulada “Strengthening Buy-American Preferences for Infrastructure Projects” (Fortalecimiento de las preferencias por las compras de materiales estadounidenses para proyectos de infraestructura). Esta orden requiere que las agencias federales alienten a los contratistas que trabajan en proyectos de infraestructura y que reciben subsidios o préstamos federales a comprar materiales de producción nacional. De acuerdo con la orden, se requiere que las agencias comiencen a promover el uso de productos nacionales antes del 1 de mayo, y que presenten un plan de implementación antes del 31 de mayo.
La nueva orden ejecutiva busca llenar un vacío en la legislación federal actual que sin duda tendrá un efecto en el análisis de un inversionista sobre el modelo de entrega de las asociaciones público-privadas. La ley federal “Buy American” aplica la preferencia nacional a los materiales manufacturados que se utilizan en la construcción de proyectos federales. Luego, hay un conjunto de leyes federales que contienen disposiciones de preferencia nacional para materiales específicos en proyectos de construcción específicos que reciben financiamiento federal. La nueva orden ejecutiva se aplica a los “programas cubiertos”, que básicamente incluyen proyectos de infraestructura que recibieron asistencia financiera por parte de un programa federal, pero que actualmente no incluyen requisitos de preferencia nacional. En otras palabras, la política ahora se aplica potencialmente a cualquier proyecto que reciba fondos federales, incluso si no es solicitado por el gobierno federal.
El término “proyectos de infraestructura” se define ampliamente y se aplicará a los proyectos locales que reciben asistencia federal, como los proyectos de aviación, transporte de superficie, puertos, recursos hídricos y los de producción de energía. La nueva orden ejecutiva amplía tanto los tipos de materiales como los tipos de proyectos a los que se aplica la política “Buy American”. No está clara la interacción con las reglas de preferencia local que establecen los gobiernos locales, aunque los reglamentos federales vigentes suelen prohibir el uso de la preferencia local para proyectos financiados por el gobierno federal. Tampoco está claro si existe o existirá un mecanismo de aplicación real. La importancia y magnitud del más reciente impulso a favor de una mayor preferencia nacional se revelará en las próximas semanas a medida que los organismos federales comiencen a alentar la política y a presentar planes para su aplicación.