En 2006, el documental “Who killed the electric car?“ (¿Quién mató al automóvil eléctrico?) llegó a los cines. Diez años después, aún existe considerable desacuerdo sobre la respuesta a esa pregunta, pero ha salido a la luz una verdad: el automóvil eléctrico está vivo de nuevo. A medida que la gama de vehículos eléctricos (VE) aumenta constantemente, mientras sigue disminuyendo tanto el tiempo de carga como los precios, parece inevitable que un día habrá un VE en cada garaje. Sin embargo, aún queda un obstáculo crítico para que se generalice la adopción del VE. Todos esos VE necesitarán cargarse, no solo en casa, sino también en el trabajo y en la calle. Y eso requiere una infraestructura completamente nueva a escala masiva.
A nivel federal, la Administración de Obama acaba de publicar una estrategia para promover la adopción de vehículos eléctricos, llamada “Guiding Principles to Promote Electric Vehicles and Charging Infrastructure“ (“Directrices para la promoción de los vehículos eléctricos y la infraestructura de carga”). Aunque todavía se tienen que precisar los detalles, la estrategia contempla las P3 y los métodos innovadores de adquisición para los gobiernos federal, estatales y locales. Si bien la financiación y la ayuda federales serán una ventaja valiosa (los resultados obtenidos gracias a la ayuda del gobierno federal de Canadá a los procesos de adquisición de P3 provinciales y locales son un ejemplo claro de lo que se puede lograr), en muchos casos, la estructura correcta de las P3 y el abordaje de las adquisiciones, además del socio privado adecuado, les permitirá a los gobiernos estatales y locales avanzar en la adopción de los VE y su infraestructura ahora mismo.